La investigación sobre lo que hace que un matrimonio funcione nos muestra que la gente que tiene una buena sensación como matrimonio es porque han completado estas "tareas" psicológicas:
Separarse emocionalmente de la familia en la que se creció; no hasta el punto de distanciamiento, pero lo suficiente para que tu identidad sea independiente de la de tus padres y hermanos.
Construir la convivencia basada en una intimidad y la identidad compartida, mientras que al mismo tiempo se separan los límites establecidos para proteger la autonomía de cada pareja.
Establecer una relación sexual rica y placentera y protegerla de las intrusiones y de las obligaciones laborales y familiares.
Para las parejas con hijos, abrazar los roles de proporciones de paternidad y absorber el impacto de la llegada de un bebé en el matrimonio. Aprender a continuar con el trabajo de proteger la privacidad de uno mismo y tu cónyuge como pareja.
Enfrentar y dominar las crisis inevitables de la vida.
Mantener la fortaleza del vínculo matrimonial frente a la adversidad. El matrimonio debe ser un refugio seguro en el que los socios son capaces de expresar sus diferencias, la ira y el conflicto.
Usar el humor y la risa para mantener las cosas en perspectiva y para evitar el aburrimiento y el aislamiento.
Nutrir y consolarse mutuamente, satisfaciendo las necesidades de cada pareja de la dependencia con el aliento y apoyo.
Mantener vivos los principios, las imágenes idealizadas románticas de enamorarse, además de enfrentarnos a la realidad de los cambios producidos por el tiempo.
Separarse emocionalmente de la familia en la que se creció; no hasta el punto de distanciamiento, pero lo suficiente para que tu identidad sea independiente de la de tus padres y hermanos.
Construir la convivencia basada en una intimidad y la identidad compartida, mientras que al mismo tiempo se separan los límites establecidos para proteger la autonomía de cada pareja.
Establecer una relación sexual rica y placentera y protegerla de las intrusiones y de las obligaciones laborales y familiares.
Para las parejas con hijos, abrazar los roles de proporciones de paternidad y absorber el impacto de la llegada de un bebé en el matrimonio. Aprender a continuar con el trabajo de proteger la privacidad de uno mismo y tu cónyuge como pareja.
Enfrentar y dominar las crisis inevitables de la vida.
Mantener la fortaleza del vínculo matrimonial frente a la adversidad. El matrimonio debe ser un refugio seguro en el que los socios son capaces de expresar sus diferencias, la ira y el conflicto.
Usar el humor y la risa para mantener las cosas en perspectiva y para evitar el aburrimiento y el aislamiento.
Nutrir y consolarse mutuamente, satisfaciendo las necesidades de cada pareja de la dependencia con el aliento y apoyo.
Mantener vivos los principios, las imágenes idealizadas románticas de enamorarse, además de enfrentarnos a la realidad de los cambios producidos por el tiempo.
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